Es indiscutible que Madrid es una de las grandes capitales mundiales de la gastronomía y sus esquinas albergan diferentes cocinas que forman la gran riqueza cultural que tiene la ciudad. Son cada vez más los espacios que abren sus puertas con el objetivo de destacar y ofrecer desde las recetas nacionales más castizas, hasta la pureza de los fogones de cada país, con la mira puesta en crear un viaje sin levantarnos de la mesa. Este es el caso del Grupo Santito, quienes tras el éxito de su primogénito, el Restaurante Santito, han decidido ampliar su sapiencia sobre la gastronomía mexicana con un nuevo espacio en el barrio de Chamberí. Sobre estas líneas hablamos de LA SANTA, la nueva revolución mexicana de Madrid.

Este nuevo espacio suma uno más a los ya existentes espacios del Grupo Santito que incluyen: Santito Café especializado en comida mexicana y latina que ofrece un ambiente casual; Galería, una vinoteca que también ofrece una selección de quesos y embutidos de primera calidad del Mediterráneo, perfecto para disfrutar de un vermut o una copa de vino; y Santanera, un nuevo especiality coffee que ofrece una cocina saludable de autor y un excepcional desayuno, además de ser un espacio perfecto para trabajar y disfrutar de un café premium y sostenible.

LA SANTA nuevo restaurante espectáculo

Aunque hablemos sobre la pureza de la gastronomía mexicana, este nuevo espacio ofrece una experiencia completa, que cumple todos los requisitos de la lista de deseos que buscamos en un restaurante para cenas. Cuando abres la carta, ves platos que representan la cocina de origen de este grupo mexicano, pero lo fusionan con un producto de cercanía, haciendo un guiño a la excelencia de la materia prima mediterránea, para terminar con un bocado que regala un viaje inigualable.

Este amplio espacio también cuenta con su lugar para la música y es que, además de encontrar un escenario donde se celebran conciertos, sobre todo, de grupos de música de origen mexicano, su playlist es la ambrosía de cualquier melómano. “Queremos transmitir la riqueza y diversidad de la cultura mexicana, ofreciendo una propuesta gastronómica única que denominamos ‘cocina de los mares de México ’enfocada especialmente en el Pacífico” nos cuenta Ernesto, chef ejecutivo de LA SANTA.

Él mismo reconoce que su principal diferenciación son los productos de primera calidad y una decoración que nos transporta a una caribe de carácter elegante, con negros, dorados y terciopelos conquistando el espacio. “Fusionamos sabores del mar y la tierra, armonizados con la vibrante música en vivo y la alegría que México tiene para ofrecer”. Toda una experiencia que llena los sentidos y donde siempre pasan cosas.

La fusión de la cultura y gastronomía

LA SANTA se denomina como un espacio donde la gastronomía y la cultura se dan la mano para representar un concepto que respira un México real, siempre en boda de conquistar al público más exigente y que le apetece tener una cena que sea 360º. La tradición comienza en la cocina y las manos del chef crean recetas de su México natal, como por ejemplo el Aguachile Negro de langostinos, guacamole o los clásicos antojitos.

Su plato estrella es la Cachoreada y el rodaballo a la talla, platos que fusionan los auténticos sabores de México con la exquisitez de los productos del mar españoles. Muchos son los platos que puede destacar el chef, pero la sencillez también forma parte de su esencia y confiesa que: “No puedo dejar de mencionar el Viaje del Taco, una innovadora combinación que incorpora la fritura andaluza en el contexto único de un taco” reconoce Ernesto.

Por la noche el espacio se mimetiza y una exquisita cena da la mano al resto de la velada, que puedes seguir disfrutando allí, puesto que se convierte en discoteca.

LA SANTA está destinada a convertirse en el restaurante donde los más gourmets van a disfrutar, el lugar donde las sobremesas nocturnas van a ser un imprescindible y que, después de ello, podrás quedarte en el espacio. Asimismo, el espectáculo que disfrutamos será una oda a la cultura latinoamericana con la que tantas raíces compartimos.