El restaurante que llevó la auténtica tradición napolitana al vestuario del Real Madrid y que hoy sigue conquistando Madrid con el mismo sabor.

Hay historias que se escriben con goles, títulos y estadios llenos… y otras que se cuecen a fuego lento, con harina, masa madre y horno de leña. La de Sergio Ramos y Totò e Peppino pertenece a esta segunda categoría: la de los recuerdos que se disfrutan con los cinco sentidos y que, años después, siguen teniendo un sabor inolvidable.

Entre 2006 y 2011, el Real Madrid tenía un ritual gastronómico que no aparecía en las crónicas deportivas, pero que formaba parte de la vida del equipo: las cenas postpartido y las pizzas de Totò e Peppino. La trattoria napolitana de la calle Fernando VI fue durante esos años la pizzería oficial del club, un secreto a voces que convertía cada victoria —y también cada noche de esfuerzo— en una celebración compartida alrededor de una caja de cartón marcada con un detalle muy especial: un muñequito que identificaba a quién pertenecía cada pizza.

En aquel vestuario, un joven Sergio Ramos era protagonista tanto dentro como fuera del campo, y pronto convirtió aquellas cenas en un recuerdo imborrable de su vida.

“En la calle Fernando VI de Madrid, Totò e Peppino se ganó un lugar especial entre sus clientes más famosos. Jugadores como Sergio Ramos disfrutaban allí de sus pizzas favoritas, que llegaban con un muñequito en la caja para identificar a cada uno. La tentación compartida era la misma: la pizza de Nutella, ese pequeño capricho que todos pedían como trampa deliciosa”, recuerda Salvatore Romano, fundador de Totò e Peppino.

Una tradición napolitana en el corazón de Madrid

Lo que vivieron Ramos y sus compañeros forma parte de la memoria emocional de Totò e Peppino, un restaurante que desde 2004 ha llevado a la capital la esencia de Nápoles en estado puro. Con un horno de leña como epicentro y recetas transmitidas con la fidelidad de quien defiende una herencia, el local de Fernando VI se convirtió en refugio de futbolistas, artistas y madrileños que buscaban autenticidad más allá de la moda.

La pizza de Nutella, pedida en secreto como indulgencia compartida; la Parmigiana di melanzane, que rivalizaba en fama con cualquier gol de Champions; o la Insalata caprese con burrata, que refrescaba hasta las noches más intensas, son parte de ese legado.

Totò e Peppino hoy: premios, reconocimientos y la misma esencia

Dos décadas después, Totò e Peppino sigue escribiendo su propia historia en Madrid. Con dos locales —Fernando VI, 29, y Avenida del Mediterráneo, 21—, la trattoria ha acumulado premios y reconocimientos: el prestigioso Premio Arcimboldo d’Oro, el sello de calidad de la Accademia Italiana della Cucina o su inclusión en la guía 50 Top Pizza, que lo reconoce como una de las mejores pizzerías de España

Lejos de perder autenticidad, ha reforzado su identidad como “la verdadera trattoria napolitana de Madrid”. Y es precisamente esa fidelidad a las raíces lo que hace que hoy Totò e Peppino no solo sea un lugar de peregrinaje gastronómico, sino también un pedazo vivo de la memoria de quienes, como Sergio Ramos, encontraron en sus pizzas un refugio tan emotivo como delicioso.

Porque en el fútbol se celebran títulos, pero en Totò e Peppino se celebran recuerdos. Y Ramos, como tantos otros, sabe que hay sabores que nunca se olvidan.