El restaurante más mágico de Madrid estrena temporada con una carta de otoño que hechiza.

Hay lugares que no aparecen en los mapas, pero que todo el mundo acaba encontrando. Sitios donde el tiempo parece detenerse, la realidad se vuelve difusa y la magia sucede entre plato y plato. Uno de ellos se esconde en pleno corazón del barrio de Salamanca: Taberna Andén, una taberna mágica donde cada visita es un viaje, y cada plato, un hechizo que despierta los sentidos.

Con la llegada del otoño, el bullicio veraniego da paso a una calma envolvente. Las calles de Madrid se tiñen de tonos cobrizos, el aire huele a lluvia y las tardes invitan a buscar refugio. En este nuevo paisaje, Taberna Andén se convierte en un destino inevitable: un lugar donde la luz cálida de las velas parece flotar sobre las mesas, donde las conversaciones se alargan sin mirar el reloj y donde la cocina se convierte en pura alquimia.

El chef Samuel Torres, formado en cocinas como Ababol (estrella Michelin) y Eme Be Garrote, es el responsable de que la magia también se sirva en plato. Su nueva carta de otoño combina la esencia viajera de la taberna con una mirada contemporánea que juega con la fusión de sabores. Cada receta está pensada como un conjuro que mezcla técnica, intuición y fantasía.

Entre sus creaciones, destacan las carrilleras del Fénix al curry rojo, una receta que resurge del fuego con una intensidad reconfortante y un punto exótico que abraza el paladar. El Pad Thai del monje hechicero invita a viajar a oriente en cada bocado, con ese equilibrio entre lo terrenal y lo místico que caracteriza la cocina asiática. Y las zamburiñas de la Sirena del Lago Negro llegan a la mesa envueltas en un aroma delicado y misterioso, como si hubieran sido rescatadas de un sueño marino.

Junto a ellos, regresan los clásicos que ya forman parte del imaginario de la casa: las croquetas del bosque prohibido, las gyozas de dragón dorado o el katsusando del Ministerio, platos que han conquistado a quienes buscan en Madrid una propuesta diferente, capaz de combinar diversión, relato y gastronomía en una sola experiencia.

Nada en Taberna Andén es casual. Cada rincón está diseñado para alimentar la imaginación: estanterías repletas de objetos curiosos, rincones secretos que esconden reservados, paredes que parecen guardar historias y una iluminación que transforma elespacio conforme avanza la noche. No es solo un restaurante, sino una pequeña dimensión paralela dentro de la ciudad, donde la rutina se queda fuera y lo inesperado toma el mando.

En un tiempo en el que todo parece acelerado, esta taberna invita a detenerse, brindar y disfrutar del viaje. Porque hay trenes que no fallan, y este no solo llega a destino: te transporta a otro mundo, sin necesidad de billete ni equipaje. Solo hace falta dejarse llevar.

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