Madrid, 17 de febrero.- Cultura Commodore ha rememorado hoy la figura de Stefan Zweig, del que se cumple el día 23 el 80 aniversario de su muerte, fue un poeta oculto, según ha destacado este jueves Javier Jiménez, editor en español del primer libro del escritor austriaco, el poemario Cuerdas de plata (Fórcola).
Zweig se suicidó el 23 de febrero de 1942 en Petrópolis (Brasil) -y no el 22 como figura en la Wikipedia, según el documento aportado por el editor-, junto a su segunda esposa, Lotte (Charlotte Altmann), debido al desasosiego que le produjo el fin de su mundo destruido por el ascenso de los totalitarismos y la violencia del nazismo.
Javier Jiménez y el profesor de literatura de la Universidad Carlos III y periodista David Felipe Arranz han presentado este libro “inédito hasta ahora en español, y que intenta rescatar del olvido la faceta menos conocida de Zweig”.
Ambos presentadores definieron a Zweig como un intelectual que se sentía europeo, cosmopolita, autor de grandes éxitos, tanto en novela como en sus biografías que intentan abarcar y entender la época del biografiado, como es el caso de María Antonieta, en la que Sofía Coppola se basó para escribir el guion de su película.
Para Arranz, Zweig fue el escritor que mejor ha estudiado la psique femenina, como se refleja en sus novelas, que giran en torno a la mujer. Para Jiménez, “detrás de la figura de la ‘loca’ hay la frustración de la mujer cuyas aspiraciones íntimas están cercenadas por el medio social y las costumbres de una época”.
En la primavera de 1901, cuando aún no había cumplido veinte años, Stefan Zweig, tras publicar algún poema o relato en periódicos y revistas de prestigio de la época, vio cumplido el sueño de ver impreso su primer libro, “Cuerdas de plata”, ha recordado Jiménez.
Estos poemas, los más logrados y temáticamente más afines entre los cientos que había escrito hasta la fecha, habían nacido de la “pasión por el lenguaje”, como declaró en sus memorias.
Zweig estaba fascinado por la poesía de Émile Verhaeren y Rainer Maria Rilke, que respaldó su libro, y la opinión casi unánime de la crítica fue que era la obra de un joven con talento, y pese a subrayar en sus versos una carencia de experiencias profundas, reconocía en ellos un valioso ejercicio de estilo.
A pesar de estas alabanzas, “Cuerdas de plata” no pasó nunca de la primera edición, por decisión propia del poeta ya que sus poesías dejaron de satisfacer las exigencias que como escritor él mismo se imponía y con los años encaminó su carrera literaria hacia otros géneros que le condujeron al éxito.
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